que se me atascan las ganas en el estómago cada vez que pienso en ello,
y que la vida no tendría sentido si no existiese.
Que le gusta jugar a perderse entre la gente,
y portarse mal conmigo;
romper
ladrillo a ladrillo,
mi muro de inseguridades,
y recubrirme de valentía
en su lugar.
Y también sé,
que en el fondo disfruta
cuando por su culpa,
me parto en cachitos
y solo me sale llorar.
Precioso, como todo lo anterior.
ResponderEliminarSigue escribiendo, se te da fenomenal