Bebo de mi tristeza,
alimentando el ansia
de mi mente,
de destrozarme,
destruirme,
aplastarme entre sus dientes
siempre voraces de miedo y rabia.
Se me encoje el alma
ante lo difícil de repirar
de existir.
En la garganta una arruga
de miedo,
opresión
y asfixia.
Una bola de cosquillas
cargadas de maldad,
me niega lo evidente.
¿Me odio?
Me odia.
Llueve en mis mejillas.
Pocas cosas duelen más que el olvido.
Mis hombros bailan,
y se estremecen
al ritmo de mi tristeza.
La risa es placer
olvidado y odioso.
Muero por dentro.
Soy una planta a la que siempre se olvidan de regar.
Pero luego yo,
la inundación,
la salvación,
recupero el agua perdida en mi océano de lágrimas;
y la hago mía ,
sanando esa sequía
que me arruina y me seca
cada
día
un
poco
más.
La risa siempre gana el duelo. No lo olvides nunca, artista. 😍
ResponderEliminar