domingo, 24 de diciembre de 2017

Metrónomo


Vello en el estómago,
la piel de gallina,
unos dedos
que me obligan
a amarte
aunque no quiera hacerlo.

Te enredas en mi,
condicionas los latidos de mi corazón
como si fueses
un
puto
metrónomo,
y yo el instrumento
que suplica ser tocado.

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