lunes, 1 de octubre de 2018

la verdad no dicha



Se me estrechan las paredes del alma,
y mi corazón grita tu nombre,
con todas las letras,
con todas las cicatrices.

Tengo miedo
de que todo esto deje de ser real,
de que se me escurra la piel a tiras de entre las manos.

De que lo que me rodea no sea mas que un sueño,
demasiado vívido
como para siquiera pensar
en la posibilidad de lo ficticio.

Los colores se deslizan de los muros,
ya solo percibo angustia y dolor.

La tristeza araña mis paredes,
que ya creía recompuestas.

Necesito coger aire.

Se agota el oxígeno a mi alrededor,
asfixia.

Tu voz rota,
lo único capaz de hacerme débil.

Tiembla, poesía, tiembla,
y descoloca cada pieza en mi interior.