miércoles, 4 de marzo de 2020

uno.



 Llevo meses sin escribir porque siento que ya no sirvo para hacer cosas bonitas,
que se me han cosido las manos estando entrelazadas,
que ya solo puedo destrozar lo bello,
hacer que todo se sienta espeso y mundano.

Hoy he decidido que lo mundano me parece bien si sirve para sanar,
si me hace limpiarme desde dentro para llorar tambien a través de las palabras.

Para que mis lágrimas dejen de sentirse tan solas.

Tengo tantos sentimientos dentro del pecho, que no soy capaz de comprender como he aguantado tanto tiempo sin vomitarlos sobre el papel, para asi poder mirarlos a los ojos.

A este poema le falta un final
bien lo sé,
pero vamos a dejarle ser imperfecto y libre,
siempre habrá tiempo para atarlo de vuelta.

jueves, 4 de abril de 2019

Papá:

Si me lo hubiesen dicho hace años,
nunca habría creído,
que el primer hombre que me rompería el corazón,
ibas a ser tú.

Hoy has decidido, que huir,
era mucha mejor opción
que encarar lo que duele;
lo que a todas nos escuece en el corazón.

Y si,
sé de sobra que no soy la persona idónea
para echarte en cara la huida,
porque somos como las ratas,
me incluyo en ese agujero,
y nos gusta la oscuridad de lo propio,
estar a salvo en uno mismo,
sin cruzar ni un hálito de esperanza.

Sé que yo también tendría que salir ahí afuera,
al mundo de lo común, lo compartido, lo que escuece al tocar;
pero a estas alturas,
no voy a mentirte;
papá,
te lo prometo,
las fuerzas no me dan para más.

Estoy siendo redundante,
y egoísta,
e incluso ligeramente obscena,
y debo admitir que se debe,
a que siempre me ha dolido pedir ayuda.

Pido perdón,
por todo el daño que te haya podido causar,
y, realmente, espero que seas feliz,
papá,
ya me he cansado de huir,
de ser rata,
de comerme a mi misma con hambre de amor propio.

Gracias por todo lo que aún, sigues luchando por darme,
y siento ese egoísmo tan propio de mi,
que me prohíbe hablar.

La falta de comunicación ha dejado una huella enorme,
irrecuperable,
rota,
y, joder,
creo que aún te quiero,
aunque sea un poquito
nada más.

lunes, 1 de octubre de 2018

la verdad no dicha



Se me estrechan las paredes del alma,
y mi corazón grita tu nombre,
con todas las letras,
con todas las cicatrices.

Tengo miedo
de que todo esto deje de ser real,
de que se me escurra la piel a tiras de entre las manos.

De que lo que me rodea no sea mas que un sueño,
demasiado vívido
como para siquiera pensar
en la posibilidad de lo ficticio.

Los colores se deslizan de los muros,
ya solo percibo angustia y dolor.

La tristeza araña mis paredes,
que ya creía recompuestas.

Necesito coger aire.

Se agota el oxígeno a mi alrededor,
asfixia.

Tu voz rota,
lo único capaz de hacerme débil.

Tiembla, poesía, tiembla,
y descoloca cada pieza en mi interior.

lunes, 17 de septiembre de 2018

oda a sus ojos llorosos

a mi abuela:


Haría todo lo que estuviese a mi alcance,
para robar un rayo al sol,
y pintárselo en la cara.

Para quitarle el calor,
y abrigarlo en su pecho
de leche y miel tibia.

Tiene la voz partida
y ya no es quien era.

Mi pecho palpita y se rompe sin ella.

Se me ha olvidado cómo ser sin ella.

Quitarle la luz al sol
para hundirla en sus ojos verdes,
y que haga con ella
lo que la luna hace con el mar.

Sentirla tan pura,
que me tiemble el estómago en anticipación,
porque,
por muchos años de experiencia que tenga;
no estoy preparada
para tocar tanta magia
como la que ella tiene entre las manos.

Risa de lluvia
que sana y retuerce
cada microscópico organismo de mi ser.

Crezco en ignorancia ante ella ,
y me rindo
frente a esos labios tan llenos de amor y dolor,
que se parten con solo mirarlos.

Si tengo que ser de alguien,
sin duda alguna,
elijo ser de ella.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Inmensa




Me siento inmensa
y mortal.

Poderosamente mediocre ,
incapaz
de obrar mal.

No me nace querer poco,
o medir bien la cantidad de amor
que lanzo al mundo.

Pero si sé lo que es amar.

Amar en silencio y despacio,
con miedo a desperdiciar,
cada segundo de un abrazo
que me sabe a libertad.

Pensamiento corto número diez

El prototipo de puzle
ya está demasiado visto,
y yo no necesito que me completes.

viernes, 19 de enero de 2018

Pensamiento corto número nueve

El huracán, que se revuelve en mi estómago,
lo han provocado mis propias mariposas,
que,
hartas de ser luz,
se han vuelto libertad.