lunes, 17 de septiembre de 2018

oda a sus ojos llorosos

a mi abuela:


Haría todo lo que estuviese a mi alcance,
para robar un rayo al sol,
y pintárselo en la cara.

Para quitarle el calor,
y abrigarlo en su pecho
de leche y miel tibia.

Tiene la voz partida
y ya no es quien era.

Mi pecho palpita y se rompe sin ella.

Se me ha olvidado cómo ser sin ella.

Quitarle la luz al sol
para hundirla en sus ojos verdes,
y que haga con ella
lo que la luna hace con el mar.

Sentirla tan pura,
que me tiemble el estómago en anticipación,
porque,
por muchos años de experiencia que tenga;
no estoy preparada
para tocar tanta magia
como la que ella tiene entre las manos.

Risa de lluvia
que sana y retuerce
cada microscópico organismo de mi ser.

Crezco en ignorancia ante ella ,
y me rindo
frente a esos labios tan llenos de amor y dolor,
que se parten con solo mirarlos.

Si tengo que ser de alguien,
sin duda alguna,
elijo ser de ella.