jueves, 30 de junio de 2016

lunes, 20 de junio de 2016

¿Y si?


¿Y si solo es una ilusión?
¿Y si tú no eres tú pero yo soy yo?
¿Y si yo no soy yo?
¿Y si no somos y solo imaginamos?
¿Y si solo somos una discreta doblez en una hoja que tiene vergüenza de ser leída?
¿Y si...somos irrelevantes?
¿Y si solo somos el pelo desordenado en la cara en un día de invierno?
O peor.
¿Y si somos ese soplo de viento molesto?
¿Y si ni siquiera somos?
¿Y si ni siquiera imaginamos?
Y...
¿Qué pasa si solo existimos?

Aire.


Y coger la carretera bonita en lugar de la corta.
Amapolas.
Trigo.
Un río del que nadie se acuerda.
Líneas blancas borrosas en la carretera.
Ser el fotógrafo del que solo se conoce la fotografía.
O simplemente ser.
Cantar a pleno pulmón.
Las ventanas bajadas, el aire en la cara.
Labios secos y agrietados.
Ganas de contar pero no ser contado.
Miedo.
Muchos sentimientos.
Ninguno es mutuo.
Ha llegado a su destino.

miércoles, 15 de junio de 2016

Encontrarme.


Pero...¿Qué pasa si quiero ser?
Si quiero ser y no puedo serlo.
Ser tu no ser, no es ser tú.
Maneras de ser que no son formas.
Formas que no son ser.
Quiero ser yo.
¿Por qué no puedo serlo?

domingo, 12 de junio de 2016

Amargo invierno.


Cuchara de acero inoxidable acaricia la espuma burbujeante.
Taza caliente, dedos que queman.
Bebida negruzca, amarga.
Adiós, espuma, adiós, te veo mañana.
Ilusión.
Destruir también es crear.
Escalofrío, suelo de invierno.
Calcetín de algodón rozando a su compañero.
Y que bonito es cuando hasta lo más ordinario parece una ocasión especial.
Labios mojados.
Caída inminente.
Mesa teñida de marrón.
Labios cálidos rozando mejillas con ternura y pereza.
Buenos días.
Bebiendo pintura.
La pintura del alma.
Bebiendo café.

viernes, 10 de junio de 2016

Superficie delicada.

Copa de cristal.
Dos hielos.
Las estrías provocadas por el calor se propagan por ellos.
Velocidad.
Una obra de arte.
Contemporánea e ignorada.
Colisionan.
Cuerpo helado contra cuerpo helado.
Sorpresa.
Rotura.
Ilusión traslúcida.
Disminución y aumento.
La calma.
El desborde.
Gotas sobre la madera.
Silencio cortante.
Cristal en el suelo.
Deshielo.

jueves, 9 de junio de 2016

En la garganta.

Y cuando las palabras se te atragantan en la zona de la nuez, sin apenas dejarte respirar, y quieres hablar , pero tu yo interior no te deja.

Te prohíbes hablar a ti mismo.

Y entones los seres humanos realizamos un movimiento muy bonito.
Precioso, diría yo.

Escribir con la mente las dos palabras más inspiradoras del mundo después de ese "tú puedes" que te dio alguien creyendo que no tendría importancia.

Estoy hablando de un te quiero.

Un simple te quiero en un lugar muy visible de la persona.

Lo escribimos con la mente en tinta hecha con sueños, esperanza, y palabras que suelen quedarse a vivir en la garganta para siempre.

Y solo podemos esperar, que, con un leve temblor, la persona a la cual estas palabras iban dirigidas, la reciba.

Esté dónde esté.
Esté con quién esté.

Y entonces me veo en la deliciosa obligación de murmurar para mi mismo y para ti:

Hola, espero que mi te quiero esté a tu lado en las mejores condiciones.