domingo, 25 de junio de 2017

Voy a tener que encontrarme

Se me escapa la vida entre las grietas de los labios cuando la reclamo a sollozos.

Los rascacielos de tus manos no son capaces de retenerla
aquí,
conmigo.

Ese vacío tan lleno de todo
que tan conocido tengo
se me instala en el pecho para quedarse.

Y solo soy capaz
de darle la bienvenida entre lágrimas,
sollozos y gritos silenciosos,
que me reclaman que, en efecto;
me estoy jodiendo la vida.

Se me apaga la bombilla,
deja de latirme el motor,
y solo puedo llorar ante la idea
de que he vuelto a perderme.

Y voy a tener que encontrarme.

martes, 20 de junio de 2017

Ansiedad bajo la lluvia

El nudo ocupa más que mi garganta,
y la lluvia, no es capaz de disimular todas las lágrimas que aún tengo guardadas.

El aire me mueve las cuerdas vocales,
y no emiten sonido alguno.

La mirada perdida,
no sabe si encontrarse,
o prefiere perderse para siempre.

Me duelen los oídos de tanto silencio.

La lluvia llama a la puerta
que es mi piel,
pidiendo paso, que la deje entrar.

Y limpiarme por dentro
al fin.

jueves, 15 de junio de 2017

Otto Rink Mt (01/01/1923 - 23/03/1943)

Otto:

Llevo casi más años que dedos tengo en las manos sin escribir una carta, y creo recordar, que lo primero es un saludo.

Hola suena demasiado informal, y buenos días demasiado serio.

Lo sé, hay algo extraño en que alguien te escriba sin conocerte de nada.
Pero, para serte completamente sincera, me encantaría haberlo hecho.

Has jugado con mi corazón y me has emocionado, como pocas cosas lo han hecho a lo largo de mi corta vida.

Imagino que esta es una manera muy simple, y a la vez muy mía, muy nuestra, de darte las gracias.

Por haber existido, supongo, si es que eso se puede agradecer.
Por haberme dejado ser la afortunada que acabase con una foto tuya entre los dedos.
Por que, tal vez, alguna vez pisaste el mismo suelo que hoy piso yo.
Por que, tal vez, pensaste en alguien de la misma forma en que yo hoy pienso en ti.

Creo que gracias, es lo mínimo que puedo decir.

Has jugado con mi piel de gallina, mi corazón, el cual yo creía infranqueable, y mi voz temblorosa hablándole a la gente de ti.
De que has existido, de que has sido.

Quiero decirte que me has rozado el corazón con un suspiro de hace años, y has hecho que lo sienta nuevo.

Siento no poder dejar esto en manos de alguien a quien de verdad le importes, pero esta, es esa manera tan mía y tan nuestra, de dejarte libre.


                                                                                               Tuya, tuyísima, Laura.

Pensamiento corto número cuatro

Ya son ganas
de llamar poesía
eso que los demás
llaman esperanza.

sábado, 10 de junio de 2017

Decirte

Que los fuegos artificiales
me recuerdan a ti
como todas las cosas bonitas
lo hacen.

Que se me anudan los labios
en besos
cada vez
que pienso en tu nombre.

Y que te echo tanto de menos
que me duele recitarte.